Cómo ya comentamos en la entrega anterior, dónde hablamos de qué es el Párkinson y cómo tratarlo desde el ejercicio físico. El ejercicio físico (utilizaremos la abreviatura EF a partir de ahora) en personas que padecen la Enfermedad de Parkinson (utilizaremos la abreviatura EP a partir de ahora) es determinante para mitigar el proceso de degenerativo al que se enfrenta el cuerpo con esta patología.


El EF es el mejor tratamiento no farmacológico que permite junto a la medicación combatir la dependencia y mejorar la calidad de vida en personas con Parkinson.


El entrenamiento produce un aumento de la síntesis de dopamina (neurotransmisor del cerebro que permite la función motora del organismo). También de factores tróficos que mejoran la plasticidad cerebral (capacidad del sistema nervioso para recuperarse y reestructurarse y su funcionamiento se modifica a lo largo de su vida en base a su entorno). Todo esto produce la neuroplasticidad (incremento del crecimiento neuronal que reduce la vulnerabilidad de las células dopaminérgicas) que permite al cerebro reponerse a los trastornos (Smith & Zigmond, 2003) creando un cuerpo más resistente ante los cambios del envejecimiento.


Cuando hablamos de entrenar debemos saber que no todos necesitamos lo mismo, independientemente de tener EP o no y debemos invidualizar según la persona y su sintomatología.


Hemos simplificado loas mejores maneras de entrenar para dejar a tú alcance cómo poder entrenar de manera general.

El entrenamiento cardiovascular o de resistencia en inglés Endruance training (ET a partir de ahora) es el "Cardio" que todos conocemos. Pero es importante aclarar que no siempre que vayamos a andar estamos mejorando la capacidad ventilatoria y cardiorespiratoria ya que necesitamos entrenarlo de manera planificada. Debemos saber velocidad, tiempo, distancia e incluso inclinación, no solo ejercicio cardiovascular es correr, puedes trabajarlo de distintas maneras. Los beneficios del ET son múltiples, mejora la transmisión entre las neuronas, produciendo un efecto protector en el cerebro y una mejorar de la aptitud cardio-respiratoria en la EP. Pero sobretodo ha sido el estilo de entrenamiento más efectivo según la ciencia actual.

El entrenamiento de fuerza, en inglés Strength Traning (ST a partir de ahora) no es sinónimo a tener que levantar una barra con muchísimos discos, se puede entrenar fuerza desde una máquina bien colocado, hasta el propio hecho de levantarse de una silla con un peso sobre nuestras manos. El ST permite mejorar las capacidades del músculo y por tanto combatir dinapenia y sarcopenia (falta de fuerza y masa muscular). Un entrenamiento bien programado produce la creación de un correcto equilibrio a nivel fisiológico ayudando al correcto funcionamiento de los órganos. No olvidemos que las personas que padecen la enfermedad son habitualmente adultos mayores, por lo cual su sistema inmunológico (te dejamos una entrada sobre su explicación) es más lento ante la secrección de hormonas, la respuesta a procesos inflamatorios y degenerativos. Por todo ello debemos abordar el entrenamiento de fuerza como una premisa básica contra el evejecimiento y el desuso de su musculatura, algo muy común cuando a una persona se le trata de fragil y no se la motiva hacia el uso del ejercicio físico de manera frecuente.


Ambos son métodos eficaces, seguros y beneficiosos, pero se ha visto cómo un entrenamiento conjunto de ST + ET pueden tener efectos beneficiosos a nivel de adherencia, són menos monótonos y mejoran más elequilibrio y la marcha, caminar, según la escala que evalúa el Parkinson y la calidad de vida de quienes la padecen.

(Earhart & Falvo, 2013)


Saber cuantificar la dosis de estos entrenamientos permite conocer las mejora durante el entrenamiento, los niveles de fuerza, la movilidad y el equilibrio, por tanto te va a permitir ser más dependiente y durante más tiempo.

Hemos resumido algunas recomendaciones para este tipo de población:

Los ejercicios combinación de ST y RT a nivel psicológico favorece una reducción en los resultados de depresión, permitiendo una mejora cognitiva y de la memoria. (Uhrbrand, 2015)

Debemos saber que el EF no solo se ha estudiado en personas mayores que ya padecen EP, sino que el ejercicio y la condición física se han asociado con mejoras cognitivas, en persona de mediana edad, reduciéndose el riesgo posterior de demencia y deterioro cognitivo leve. Este trabajo influye en el sistema inmunitario ya que son las defensas naturales del cuerpo contra las infecciones, como las bacterias y los virus.

En resumen, su tú día a día y tú vida está asociada al ejercicio físico desde jóven vas a tener mayor volúmenes de materia gris cerebral, por tanto menos riesgo de tener este tipo de enfermedades