Los estudios sobre la psicología del confinamiento señalan claves para superar los deterioros que causa, como el humor, celebrar pequeñas victorias y respetar el espacio de los demás.

Una de las llamadas más extrañas que pueden realizarse es la que comunica a los científicos de la base Concordia, en medio de la Antártida, con los astronautas de la Estación Espacial Internacional (ISS), a 400 kilómetros de la superficie terrestre. La Agencia Espacial Europea (ESA) pone en contacto a los astronautas con esa base en su estudio del efecto psicológico de la reclusión.

Larry Palinkas, psicólogo de la Universidad del Sur de California, analiza como sensaciones de depresión, ansiedad, irritabilidad y trastornos del sueño causadas por el aislamiento del COVID-19 se asemejan con las situaciones que experimentan algunos astronautas y expedicionarios polares.

EL PAIS - ¿Le cuesta pensar y no para de comer? Astronautas y científicos polares saben cómo lidiar con el aislamiento